El sábado 23 de octubre las tribunas del estadio San Martín de Porres fueron una verdadera caldera, gentes en un mar oscilante saltaban , gritaban cánticos y frases que cubrían la atmósfera de un ruido desesperante y angustioso. Debía creerse, según aquel cuadro, estar frente a una final de "guerra" de alientos.
Varias razones descansaban tras aquel acontecimiento. Primero que nada, cremas y celestes se volvían a encontrar luego de varias semanas. Antes lo habían hecho en la fecha 18 En ese entonces los cerveceros cayeron ante Universitario en su santuario por 2-1 y el deseo de revancha en los hinchas de Cristal, desde entonces, dormía como un volcán en reposo, esperando el día de su erupción. Y así fue.
La segunda es que el partido trajo consigo un objetivo preciso, exacto, uno con sabor a Copa (Libertadores y Sudamericana, como más guste). Tanto la “U” como Cristal aún tenían posibilidades de alcanzar el cupo de algún torneo internacional. Mientras que los “cremas” -con 58 puntos ese día- estaban más cerca la Libertadores que Cristal, estos –con 53- lo estaban de la Sudamericana. De esa forma el encuentro se convirtió en un desenfrenado escenario de hinchas que hacían garra con el sueño de verse sobre una Copa.
Y, por último, el honor volvía a estar en medio de todo. Ese valor que en los hombres de futbol llega a valer más que cualquier cosa.
Así, desde antes de iniciado el partido, desde ambas bandas se escuchaban los cantos amedrentadores de hinchas que buscaban el desanimo y el nerviosismo del contrarío. El portero Erick Delgado por el lado celeste y el técnico “Chemo” del Solar por los “cremas” fueron los puntos referentes de las dedicaciones, que no valen la pena repetir.
Pero al margen de lo hecho en las tribunas, del partido que terminó empatado a cero podemos decir que fue totalmente lo contrario. Tibio al comienzo. Frío después. Solo en algunos pasajes pareció arder, pero el empate a cero fue el signo final de fresco ambiente que se sintió desde el centro de la cancha.
Desde un comienzo fue Cristal el que ocasionó las oportunidades de gol. Mientras que el arco de Raúl Fernández era amenazado por Miguel Ximénez, Andy Pando y Luis Advínicula, del otro lado Erick Delgado aparecía holgado entre los cuatro travesaños de su arco, observando la intranquilidad de Gigena y Piero Alva, que no alcanzaban a inquietarlo.
A los 15 minutos del primer tiempo Ximénez debió ser cambiado con urgencia por Néculman, debido a un choque que sufrió con un contrario y que lo dejó adolorido de la pierna izquierda. Eso, en alguna medida, disminuyó el nivel de ataque celeste. Igual, Cristal era quien llegaba más, aunque con algunas sorpresas por parte de la “U” que, aunque con menos oportunidades, las que tuvo fueron significativamente claras. Una de ellas, la de Gigena, que solo frente a Delgado cabecea hacia abajo una pelota que llegó desde una de las bandas, haciéndola rebotar y confundiendo a Delgado, pero saliendo a fuera, por encima del palo superior.
Cristal llegaba, aunque no tanto ni tan efectivamente como para encrespar los nervios del popular “Supermán”. Damián Ísmodes que gambetea con el balón y se lo da a Néculman que no logra meterla. Que llegan y patean desde fuera del área. Primero Yotún, luego Ísmodes. También Advíncula. Ni con el ingreso del “Chorri” Palacios en el segundo tiempo, Cristal pudo concretar el gol. Al final, Palacios diría: nos faltó manejar “a ansiedad y el tiempo” De nuevo.
El partido terminaría a cero y, aunque insatisfechos por el resultado ambos equipos, no se dañaron ni eliminaron sus posibilidades de alcanzar su Copa, pues otro de los competidores, Juan Aurich, pedió su partido.
Por: Jorge Choque Ángulo
Varias razones descansaban tras aquel acontecimiento. Primero que nada, cremas y celestes se volvían a encontrar luego de varias semanas. Antes lo habían hecho en la fecha 18 En ese entonces los cerveceros cayeron ante Universitario en su santuario por 2-1 y el deseo de revancha en los hinchas de Cristal, desde entonces, dormía como un volcán en reposo, esperando el día de su erupción. Y así fue.
La segunda es que el partido trajo consigo un objetivo preciso, exacto, uno con sabor a Copa (Libertadores y Sudamericana, como más guste). Tanto la “U” como Cristal aún tenían posibilidades de alcanzar el cupo de algún torneo internacional. Mientras que los “cremas” -con 58 puntos ese día- estaban más cerca la Libertadores que Cristal, estos –con 53- lo estaban de la Sudamericana. De esa forma el encuentro se convirtió en un desenfrenado escenario de hinchas que hacían garra con el sueño de verse sobre una Copa.
Y, por último, el honor volvía a estar en medio de todo. Ese valor que en los hombres de futbol llega a valer más que cualquier cosa.
Así, desde antes de iniciado el partido, desde ambas bandas se escuchaban los cantos amedrentadores de hinchas que buscaban el desanimo y el nerviosismo del contrarío. El portero Erick Delgado por el lado celeste y el técnico “Chemo” del Solar por los “cremas” fueron los puntos referentes de las dedicaciones, que no valen la pena repetir.
Pero al margen de lo hecho en las tribunas, del partido que terminó empatado a cero podemos decir que fue totalmente lo contrario. Tibio al comienzo. Frío después. Solo en algunos pasajes pareció arder, pero el empate a cero fue el signo final de fresco ambiente que se sintió desde el centro de la cancha.
Desde un comienzo fue Cristal el que ocasionó las oportunidades de gol. Mientras que el arco de Raúl Fernández era amenazado por Miguel Ximénez, Andy Pando y Luis Advínicula, del otro lado Erick Delgado aparecía holgado entre los cuatro travesaños de su arco, observando la intranquilidad de Gigena y Piero Alva, que no alcanzaban a inquietarlo.
A los 15 minutos del primer tiempo Ximénez debió ser cambiado con urgencia por Néculman, debido a un choque que sufrió con un contrario y que lo dejó adolorido de la pierna izquierda. Eso, en alguna medida, disminuyó el nivel de ataque celeste. Igual, Cristal era quien llegaba más, aunque con algunas sorpresas por parte de la “U” que, aunque con menos oportunidades, las que tuvo fueron significativamente claras. Una de ellas, la de Gigena, que solo frente a Delgado cabecea hacia abajo una pelota que llegó desde una de las bandas, haciéndola rebotar y confundiendo a Delgado, pero saliendo a fuera, por encima del palo superior.
Cristal llegaba, aunque no tanto ni tan efectivamente como para encrespar los nervios del popular “Supermán”. Damián Ísmodes que gambetea con el balón y se lo da a Néculman que no logra meterla. Que llegan y patean desde fuera del área. Primero Yotún, luego Ísmodes. También Advíncula. Ni con el ingreso del “Chorri” Palacios en el segundo tiempo, Cristal pudo concretar el gol. Al final, Palacios diría: nos faltó manejar “a ansiedad y el tiempo” De nuevo.
El partido terminaría a cero y, aunque insatisfechos por el resultado ambos equipos, no se dañaron ni eliminaron sus posibilidades de alcanzar su Copa, pues otro de los competidores, Juan Aurich, pedió su partido.
Por: Jorge Choque Ángulo
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